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martes, 12 de enero de 2010

El Billetero- cuento

“La suerte te está buscando” Lotería de Puerto Rico/nov 09.

El anciano se acercaba lentamente a la funeraria. Había caminado por horas hasta llegar a su destino. Su propósito era darle suerte a algún doliente en la funeraria. Si todo salía bien habría terminado su misión por esta semana. Sacó los billetes y comenzó a ofrecerlos :.¡Juega, juega que la suerte se pega! Juega, juega …!Suerte! A los diez minutos ya había vendido la mayoría de su cargamento. El anciano tenía una extraña manía; vendía los pedazos de billetes pero siempre se quedaba con un pedacito.
Llegaron tres o cuatro menores pero el billetero no le quiso vender billetes; regañándolos porque los niños no deben jugar . Luego preguntó por el muerto, lo miré sorprendido y me dijo que lo había conocido tres semanas antes. Después me preguntó por qué yo no jugaba. Le dije que no me gustaba jugar pero era mentira; no jugaba porque tenía poco dinero y no quería arriesgarlo. El me dijo que yo era un mentiroso porque él me había vendido billetes antes.
Le pregunte cuándo y me dijo que hacía como un año me había vendido billetes en Loíza. Yo le respondí que era imposible porque hacía mucho tiempo que yo no iba a Loíza. Me dijo también que me había vendido billetes en Cataño, Toa Baja y Guaynabo City y hoy que lo hacía en Bayamón. Le pregunté cómo se movía de pueblo en pueblo y me dijo que caminaba tocando su harmónica pero que su lugar preferido para vender billetes eran las funerarias porque en ellas vendía mucho aunque a veces lo botaban .
Extrajo la harmónica del bolsillo y entonó una agradable melodía.
Me puse de pie, fui hasta el libro de firmas , miré los nombres en algunas páginas, no firmé el libro por la superstición que me contó mi tío Joe que de ahí escogen al próximo difunto. Entré, miré al muerto, le hice una oración y volví a salir. Entonces vi al billetero hablando con la viuda y diciéndole lo bueno que era su esposo. Me acerqué, saqué la cartera, contemplé los cinco “pesos” que me quedaban y volví a guardar el dinero en la billetera. Me despedí del billetero, de la viuda y de dos o tres amigos.
Mientras guiaba pensaba en el billetero y dónde lo había visto. Caí en cuenta que sí había estado en Loíza en el entierro de mi tía Rosario, allí fui con mi amigo Paco el de Cataño, le compramos varios billetes al anciano , yo los guardé y cuando llevé a Paco a su casa, saqué los billetes , él me salió ganso y cogió mis billetes que eran más. Me enfogoné con él pero a la semana Paco murió en un accidente de auto y me sentí culpable de haberlo insultado . En el funeral de Paco, Roberto y yo compramos billetes pero peleé con mi mujer porque no “checkeó” los bolsillos cuando lavó la ropa y los billetes se dañaron. Menos mal que hoy no compré billetes porque…ese billetero parece que me está persiguiendo. Voy a llamar a mi primo Roberto para que no se le ocurra comprarle billetes a este misterioso billetero.
El billetero estaba caminando rumbo a su casa en Hato Tejas cuando metió su mano en el bolsillo y dijo mientras sacaba un papel : ¡Juega, juega que la suerte se pega, juega, juega que la muerte te llega! !Suerte!… 25371 es el “número agraciado”.
Yo, mientras tanto , casi llegaba a casa .Metí la mano en el bolsillo para sacar la cartera y buscar la oración a la Virgen de la Monserrate(la Morena) para pedirle que me protegiera de todo mal. Cuando saco la cartera un billete de lotería cae de la cartera; lo tomé en la mano ; Quién habrá puesto este billete en mi bolsillo. Quizá lo compró mi esposa y lo puso aquí pa’ contentarme, o quizá mi primo Roberto lo compró y lo puso en mi billetera.
Leí el billete: veinticinco mil trescientos setenta y uno . Lindo número. Saco las licencias, las tarjetas de crédito , de planes médicos , los cinco pesos de la cartera y la estampita de la Virgen. Me dirigí a un parque repleto de gente. Me senté en las gradas a observar … me levanté caminé cinco minutos y cuando regresé al lugar; la cartera ya no estaba. Alguien la vio mal puesta y se la llevó.
-Oye, te hablo a ti. Si alguna vez encuentras ,una cartera con billetes dentro de ella, no la tomes porque hacer eso puede significar ser el próximo ...
Yo decidí dos cosas: no comprar billetes de lotería y no volver a ninguna funeraria.
-Juega, juega, que la suerte se te pega…!Suerte! Repetía el billetero siniestro. De pronto,
Un melodioso sonido brotó de la harmónica.- Las doce, ya es miércoles.
Los aullidos de los perros se escucharon en la lejanía.